Los textos instructivos presentan una serie de rasgos comunes:
- Lenguaje concreto y preciso. Se utiliza un lenguaje muy concreto y directo para que el texto sea claro y pueda ser interpretado con facilidad. Suelen aparecer tecnicismos propios del tema tratado.
- Verbos. Las acciones se realizan mediante el empleo de formas verbales que usualmente aparecen en imperativo (dirígete, anota, escucha) y en infinitivo (frotar suavemente con jabón, tamizar la harina). Es muy frecuente, además, el uso de la primera persona del plural para llamar la atención del receptor (encendemos el aparato).
- Conectores. Se usan conectores que nos ayudan a ordenar las ideas del texto (primero, después, a continuación, por último, etc.).
- Estructura organizada. Los textos instructivos se centran en dar un mensaje que es muy concreto. Es por ello que se estructuran de forma muy organizada incluyendo, a menudo, apartados y subapartados, guiones, puntos, etc.
- Apoyo visual. Los textos instructivos suelen acompañarse de gráficos, dibujos e ilustraciones que complementan al texto y facilitan su comprensión.
